ASOCIACIÓN ARGENTINA DE GESTORES CULTURALES UNIVERSITARIOS (AAGECU)

ONG Personería Jurídica Nº 8406 Entidad de Bien Público N° 498

Sede Central: Mar del Plata- Buenos Aires- República Argentina

Mesa debate "Política y Cultura"

Continuando con su ciclo de encuentros dirigidos a la comunidad, hoy dedica el espacio al tratamiento de la relación:
Política - Cultura
La oportunidad que nos ofrece en este momento la agenda política del país frente al próximo compromiso electoral, nos lleva a reflexionar respecto del contenido y las razones que el acto eleccionario guarda, en tanto que responsabilidad ciudadana, en el marco del Derecho y de nuestras costumbres.
La libre elección de representantes para la función pública, es la piedra angular de nuestro sistema democrático y la instancia que asegura la vigencia de las instituciones, todo ello garantizado por la Constitución Nacional.
Sin embargo, y a pesar de la insoslayable importancia que el principio supone, en la década pasada, la vida de la Nación se ha visto sacudida por las vicisitudes de una gestión que puso en evidencia una flagrante desaprensión de los problemas y necesidades de sectores mayoritarios de la sociedad argentina. Ello derivó en un quiebre institucional, con el Pueblo sumido en la más profunda crisis social, política, económica y moral de los últimos 25 años.
Las revueltas de 2001 pusieron al desnudo la pérdida de confianza de la población hacia los representantes de la clase política en su conjunto y con manifiesto hartazgo, salió a la calle para gritar –“que se vayan todos”-
Esto nunca antes había ocurrido.La política había dejado de atender al hombre, a los asuntos del Estado y de ser el vehículo de construcción de ciudadanía, para convertirse en un artilugio al servicio de espurios y mezquinos intereses de la clase y la dirigencia política.
Ella perdido su carácter de ciencia o arte mayor hasta volverse politiquería.
Hoy el término mismo es denostado, se ha depreciado entre el simple y común ciudadano, pero la política forma parte, necesariamente, de la vida del hombre en tanto que ser social.
Del griego politikós: ciudadano, civil, relativo al ordenamiento de la ciudad. La noción de política ha ido evolucionando en el tiempo, conforme a modelos o sistemas de gobierno y por las situaciones de conflictos de intereses, de paz y de guerra en que ha transitado la humanidad. El término fue ampliamente utilizado en el ágora ateniense a partir del s.V (A de C) y Aristóteles lo trata particularmente en su tratado La Política. Más tarde, hacia fines de la Edad Media y principios del Renacimiento, Maquiavelo se destaca como uno de los teóricos más notables de su época y su aporte se abre camino a la modernidad en su concepción política y a la reestructuración social. Por ello es considerado el fundador de la filosofía política moderna. A principios del s.XX Carl Schmitt (1888-1985), adscrito a la escuela del Realismo político e influenciado por los avatares de su país, Alemania, y de Europa en general atravesado por las guerras, escribió sobre el conflicto como objeto de estudio de la ciencia política.
Pero en una perspectiva más amplia centrada en un sentido ético, puede verse a la política como una disposición a obrar en la sociedad, utilizando el poder público en pos del logro de objetivos beneficiosos para la comunidad.
Esta es la dimensión que nos interesa retener, porque es la que se encuentra contenida en el concepto antropológico y social de lo que entendemos por cultura, que entre otros aspectos, nos habla de “una manera de organizarse y vivir entre semejantes”.
Nuestra participación responsable:
· es lo que da sentido al juego de la democracia
· es también lo que nos legitima como ciudadanos
· da fortaleza al contrato social.
Democracia Ciudadano Contrato Social
Constituyen los pilares y fundamentos de nuestro modo de vida, por ende de la cultura de nuestros los pueblos. Como ciudadanos reclamamos:
· el libre ejercicio de nuestros derechos constitucionales,
· los políticos son parte de ellos.- no obstante.
· la calidad y vigencia de las instituciones
· la responsabilidad en el actuar electores y representantes.
Así, la política recuperará su contenido y su fuerza, como una herramienta necesaria para garantizar el orden social, distribuir justicia y mejorar nuestra condición de vida. Más importante que las personas que ejercen la política, son las propuestas y los programas que le dan forma y contenido.
Es deber del ciudadano conocerlos para utilizar con inteligencia y eficacia nuestro mejor argumento, en el cuarto oscuro: el voto. (AAGeCU)