ASOCIACIÓN ARGENTINA DE GESTORES CULTURALES UNIVERSITARIOS (AAGECU)

ONG Personería Jurídica Nº 8406 Entidad de Bien Público N° 498

Sede Central: Mar del Plata- Buenos Aires- República Argentina

Participación de AAGeCU en el "Encuentro de Gestores Culturales" de Almagesto


LA COMUNICACIÓN DESDE UNA INSTITUCIÓN: HACIA ADENTRO Y HACIA FUERA

ASOCIACIÓN ARGENTINA DE GESTORES CULTURALES UNIVERSITARIOS. AAGeCU
Diserta: María del Rosario Olalla, Presidente de la institución.
Elaboración de la ponencia: María del Rosario Olalla,
Ana Valeria Colombato, Silvia Serra, Karina Vega
Bruna Baroni.

Cuando hablamos de comunicación entramos en un amplio campo semántico, del cual es preciso distinguir las diversas dimensiones de significación que encierra este vocablo. Debemos entonces aclarar cuál de sus dimensiones vamos a considerar.
Desde nuestra institución entendemos la comunicación como proceso, como vivencia. Nos referimos al proceso natural, universal, de interrelación e influencia recíproca entre las partes de toda "organización", y entre ella y su medio ambiente.
Antes de comenzar a relatar las experiencias que desde AAGeCU, pensamos que no está de más plantear algunas cuestiones teóricas que nos permitan avanzar; después de todo nos hallamos en un encuentro para nutrirnos y aprender.
Entre los distintos modelos comunicacionales que se estudian nos detendremos en el que nos parece más útil para la Comunicación en una Institución: el modelo socio–psicológico. Este modelo, al mismo tiempo que toma en consideración factores personales de los comunicantes, toma en cuenta las relaciones entre dos o más personas.
J. Ruesch y G. Bateson, establecen cuatro niveles de comunicación: Intrapersonal, Interpersonal, Grupal y Cultural. Complementan su modelo con un cuadro en que las redes de comunicación posibles en cada uno de los niveles mencionados, son analizados según los siguientes criterios: Origen del mensaje, Transmisor, Canales, Receptor, Destino del mensaje.
Hoy todas las instituciones se preocupan por establecer un sistema de comunicación, ayudadas por aquellas estrategias que favorezcan la identificación institucional.
Consideramos que la comunicación institucional es condición fundamental a desarrollar en cada institución pues es la encargada de crear una imagen de la misma, llegando con esa imagen a todos los ciudadanos. La institución se constituye como un emisor social, que se hace entender, diferenciar, registrar y ubicar en el consenso de las instituciones existentes.
Para que la comunicación institucional sea efectiva necesitamos la utilización de algunas herramientas tales como la publicidad, las relaciones públicas y la mercadotecnia, para alcanzar el objetivo perseguido, que es la transmisión de una imagen fiel, íntegra y confiable de la institución a toda la sociedad.
La comunicación se considera actualmente como un mecanismo que ayuda a derribar las fronteras entre la institución y el entorno externo e interno, y en donde la ideología institucional penetre en la sociedad toda, no sólo como idea sino como un real y posible conjunto de actividades específicas.
El desarrollo de la comunicación institucional se produce bajo la influencia conjunta de tendencias y sucesos que llevan a la institución a formular globalmente su identidad, y a afirmar su vocación. Lo que debe trascender de la empresa, organización o institución, en primer término, es la imagen.
El objetivo es la construcción de una imagen fuerte, sin fisuras, valorada y persistente. Esto apunta a dos razones importantes. Primero para comunicarnos con el público en general, porque una imagen potente se instala en el imaginario colectivo y en la mente de los ciudadanos, determinando sus preferencias, conductas, fidelidad y opiniones. En segundo lugar para la institución en si,, porque su imagen es uno de sus activos más importantes y un instrumento estratégico diferenciador de primer orden.
La imagen siempre es global: "es un conjunto de sensaciones sentidas de una vez". Esta sensación, es persistente y total, y no distingue aspectos demasiado intelectuales y especializados que constituyen un metalenguaje, como comunicación institucional y comunicación comercial, o como comunicación interna y externa.
Puesto que la imagen es una representación mental total, aunque compuesta por múltiples elementos de percepción y de experiencias, no puede ser tratada por bloques separados sino en forma holística o total. Es importante que la imagen surja del análisis de valores que sinteticen la filosofía de cada institución.
Otro aspecto a tener en cuenta es la complejidad creciente del entorno que rodea a la institución y los distintos obstáculos que aparecen en el crecimiento de las instituciones. Ello hace que sea necesario ofrecer un discurso central de estilo que permita expresar cual es el hilo conductor de la institución, cual es su finalidad legítima y cuales son los enunciados que la animan.
Para lograr todos estos aspectos es conveniente que cada institución elabore su Plan Estratégico. Cuando ello sea logrado se inicia una importante etapa de comunicación institucional que se ocupa de mantener adecuadas relaciones y comunicación de la organización, empresa, holding o colectivo determinado, con sus distintos públicos para la viabilidad y consecución de los objetivos perseguidos.
Se hace necesario tener en cuenta que la comunicación institucional debe analizar tendencias, predecir sus consecuencias, asesorar a la dirección de la institución, así como el establecimiento de programas de acción que sirvan tanto al interés de la misma como al de sus públicos: accionistas, asociados, clientes.
Sin comunicación no existe la institución. Para trascender, comunicar el proyecto establecido, es un acto simbólico y no un simple discurso. Es un acto que enuncia la vocación de la institución, llama a la participación interna real, y promueve la movilización externa, apoyándose en los valores clave en los que funda su ética institucional.
Por otra parte debe tenerse en cuenta que la comunicación forma parte de la gestión cultural, porque, primero, crea la unidad de la organización, y segundo, es el nexo por el cual la institución llega a la comunidad. La comunicación se constituye en una palanca de cambio que transforma la cultura institucional concretizándola en un proyecto.
Resumiendo podríamos decir que la construcción de una institución se basa en tres grandes vectores: el pensamiento estratégico, la acción y la comunicación.
Habiendo entonces establecido esta pequeña base teórica, que consideramos importante para trabajar desde nuestra Asociación, comentaremos nuestra experiencia en comunicación.
AAGECU es una institución que nació en el año 2006, sobre la base de los intereses de los primeros egresados de la carrera de Técnico Universitario en Gestión Cultural de la UNMDP.
Éramos unos cuantos recién graduados, con un nuevo título universitario, nuevo en la ciudad, nuevo en el país. Todos con un montón de deseos, de ilusiones y de ideas, que necesitábamos llevar a la práctica. Pero toda organización que se precie de tal requiere para su funcionamiento de una infraestructura edilicia, administrativa y económica mínimamente. La meta principal fue, y es, trabajar para que se reconozca el rol profesional del gestor cultural.
Por gentileza de los propietarios de Casa de Madera solucionamos la situación edilicia. Allí se realizaron nuestras primeras reuniones, y el lugar fue testigo de nuestras primeras acciones.
La primera consistió en tramitar la personería jurídica, de manera tal que como institución estuviéramos facultados e establecer una existencia legal para llevar a delante las diversas actividades que nos proponíamos. Entonces nos abocamos a elaborar el Estatuto, por el cual nos regimos como Institución. Le dimos el nombre de Asociación Argentina de Gestores Culturales Universitarios porque entendimos que había graduados en distintas provincias del país, por la modalidad de cursado a distancia de la carrera. Luego nos abocamos a trabajar en la imagen de nuestra entidad. Nuestro propósito fue, y es, caminar despacio, pero firme, garantizando nuestros pasos con el respaldo de la legislación necesaria con la que debe actuar toda institución.
Esto nos llevó un largo tiempo, no solamente por la lentitud de los trámites y confección de los documentos que fueron necesarios, sino también porque éramos y somos pocos los miembros que integran la institución.
Este es un factor fundamental que nos lleva poder conseguir, o no, los objetivos que nos propusimos al reunirnos: estar representados en una institución que nos cobije, nos represente, nos auspicie, nos defienda y de a conocer al público en general nuestra profesionalización dentro del campo de la cultura. Para ello debemos lograr que todos los gestores culturales egresados de esta carrera universitaria, sean partícipes y estrechos colaboradores de la asociación. Debemos decir con total honestidad que la lejanía de algunos de nuestros socios ha sido a veces un obstáculo en la comunicación.
Se han utilizado diversas estrategias desde la asociación a fin de transitar por el arduo camino para dar a conocer nuestro perfil profesional: presentación ante organismos gubernamentales locales, provinciales y nacionales, organización de charlas y cursos abiertos a la comunidad, adhesión a propuestas que llevaran a cabo nuestros colegas y que consideramos valiosas, difusión ante la prensa, entre otras.
Hemos conseguido algunos resultados positivos, aunque respuestas concretas para reconocer el rol profesional del gestor cultural no han llegado.
Los mayores logros lo han alcanzado los gestores que con constancia, perseverancia y mucho trabajo han emprendido acciones particulares de gestión y que poco a poco van logrando hacerse reconocer en ámbitos públicos y privados.
Por otra parte se comienzan a cosechar, junto con dichos logros, algunos escollos. Esto se debe a que la unión que deberíamos tener en trazar un plan de acción se ve desmembrada a la hora de trabajar: muchas ideas valiosas quedan en el camino por no contar efectivamente con aportes que beneficien y revaloricen nuestra tarea.
Este diagnóstico nos lleva a reflexionar sobre las estrategias tomadas y buscar nuevas formas de comunicarnos con los asociados y con los futuros asociados. Reforzar las estrategias para comunicarnos hacia adentro, de forma que los miembros se sientan representados y escuchados, y hacia fuera, para incorporar nuevos miembros a la institución.
En la actualidad se ha regularizado el sistema financiero, se ha logrado inscribirnos en la Municipalidad como ONG y prontamente nos reconocerán como Entidad de Bien Público.
La inscripción como Asociación sin fines de lucro en AFIP ya está iniciada, requisito indispensable para poder manejar fondos, provenientes de las cuotas societarias, de subsidios, concursos o cualquier otro recurso, y poder respaldar los diferentes proyectos culturales de nuestros asociados.
En lo legal se ha promovido la presentación de Anteproyectos ante el Honorable Concejo Deliberante, para lograr que consideren, desde el estado municipal, a nuestra profesión como tal, y seamos tenidos en cuenta para el desempeño laboral profesional en instituciones estatales. Esto es importante para establecer la profesionalización de nuestra carrera, para que no sólo dependamos de trabajos autogestionados, o suministrados por el ámbito privado, sino también por el estatal, mediante una Ordenanza que así lo establezca.
Hemos aplicado en todos estos trámites la comunicación institucional interna, necesaria para que todos nuestros asociados conozcan nuestro trabajo.
Es indudable que el aspecto de ubicación legal de esta institución ha ocupado la mayor parte de nuestro tiempo, esto se debe a lo anunciado anteriormente: quisimos dar nacimiento a nuestra Institución con todo el respaldo legal necesario.
Otro aspecto importante es la elaboración del Plan Estratégico, delineado por colegas y que está a disposición de los asociados para ser enriquecido con sus aportes.
Nuestra gestión es abierta al diálogo como así también a la incorporación de nuevos asociados que enriquezcan con sus experiencias nuestra asociación.
Todos estos pasos mencionados tienen como fin llegar, con el número de socios adecuado, a formar el Colegio de Gestores Culturales, logrando de este modo establecer la profesionalización del gestor cultural universitario, proteger sus derechos y apoyar su trabajo.